El pasado día 17 de junio la Asamblea antifascista de Carabanchel convocó una manifestación en protesta, por las constantes y recientes peregrinaciones de corte fascista que se vienen produciendo desde el traslado del cuerpo del fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera.
En un comunicado leído al finalizar la manifestación se denunciaba que:
El pasado día 24 de abril fueron trasladados al cementerio de San Isidro,
en nuestro distrito de Carabanchel, los restos de José Antonio Primo de
Rivera, fundador de Falange, uno de los principales instigadores a la
guerra civil y figura de referencia durante la dictadura franquista.
Este hecho, acaecido al amparo de la Ley de Memoria Democrática, fue
catalogado por el Ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, como un
“avance en la dignidad de nuestra democracia”, ya que Primo de Rivera
dejaría de tener un lugar preeminente en el Valle de Cuelgamuros.
Nada más lejos de la realidad, pues lo que desde el Gobierno de PSOE
y Unidas Podemos consideran un triunfo democrático no supone otra
cosa que una humillación y un despropósito frente a la dignidad
histórica y antifascista de nuestro barrio, que la propia Falange recibe
victoriosa, pues ya no tendrán ni que salir de la capital para venerar a
su putrefacto líder. Para más inri, este traslado se realizó un lunes por
la mañana e informando escasas horas antes, buscando privar al barrio
de poder articular cualquier respuesta organizada de rechazo.
No solo se ha permitido a la familia elegir dónde quieren depositar los
restos, cuestión negada, cuando no impedida, a las familias de los miles
de represaliados por el fascismo en todo el Estado, sino que se ha
realizado ante la pasividad y escolta de Policía y Delegación del
Gobierno durante las marchas, vítores y concentraciones homenaje que
rodearon este día.
En Carabanchel siempre hemos tenido el orgullo de ser un barrio
obrero, multicultural, inclusivo y profundamente antifascista. En
nuestras calles no tiene cabida el odio falangista que pretenden traer al
sur de Madrid convirtiéndonos en un centro de peregrinación cada 20
de noviembre.
