Dos años pasaron para que las feministas de Madrid, pudieran salir de nuevo a las calles y hacer temblar el centro de la capital a gritos, bailes y tambores. El 8 de marzo del 2022 el movimiento feminista de la capital de España se hizo escuchar durante una larga jornada de manifestación por el centro de la ciudad.
Por el boom que significaba volver a las calles fueron varias las convocatorias que sucedieron simultáneamente desde los distintos colectivos y asociaciones que conforman la peña feminista de Madrid.
Mi participación comienza a las 16:00h en los alrededores de Sol, donde el colectivo de la ILP RegularizaciónYa se juntó en las instalaciones de Por Causa, para hacer carteles y recolectar firmas en pro de la regularización de personas migrantes en estado de ilegalidad. En los cuarteles de Por Causa se sentía el compañerismo y el furor iba en crescendo entre música, cartón y purpurina morada.
Sobre las 17:30 salimos hacia la entrada del Jardín Botánico y Atocha, donde se instalaron las mesas para la recolección de firmas. Simultáneamente la peña comenzó a llegar, fueron muchas las banderas de distintos colectivos que comenzaron a llenar la Plaza de Atocha, punto de encuentro y partida para la marcha feminista convocada por la Comisión 8M. La ruta prevista fue Atocha-Colón.
Comienza la marcha, comienzan los cantos. Este día es tan especial porque es un día donde todas nos sentimos seguras, donde podemos hablar, gritar y hacernos escuchar sin que se nos tilde o amenace. Es un día donde todas y todos podemos vestir de púrpura y alzar nuestras voces no sólo por los derechos y la igualdad de género, sino también para reivindicar otras luchas.
Fue así como parecieron las mujeres de Plataforma Luz, exigiendo el derecho a la luz para la Cañada Real, también llegaron las mujeres de Greenpeace quienes hicieron resonar el eco-feminismo y la lucha por un mundo vivible. A ellas se juntaron las mujeres de Stop Desahucios quienes piden detener los desahucios hipotecarios.
Llegaron las mujeres Afganas quienes gritaban “Don’t forget Afganistan”. Impresionante verlas a ellas siendo libres, gritando a voces; lástima saber que son tan pocas y que aún quedan muchas hermanas afganas que no han logrado huir de uno de los regímenes patriarcales más fuertes del mundo.
Llegaron también las mujeres que luchan por la salud, el trabajo, las mujeres Mapuches y los colectivos latinoamericanos gritando «Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por America Latina». Todas bajo un mismo son de tambor.
Sobre las 20:30 me dirigí hacia Plaza España, donde sucedía otra marcha convocada por el Movimiento Feminista de Madrid. Por primera vez en la historia, la comunidad feminista de Madrid decidió dividirse, y a lo largo de toda Gran Vía marcharon las Abolicionistas, una corriente del feminismo que encuentra necesaria la abolición de actos como el porno y la prostitución, ya que para ellas estas acciones son igualmente una construcción del patriarcado, y una de las formas más grandes para el sometimiento de las mujeres en el mundo. Para ellas el porno es degradación de la mujer así como motivo de objetualización, y la prostitución es un escenario comparable a una violación. Así mismo las abolicionistas están en contra de la Ley Trans como parte del movimiento, pues «se está tergiversando la agenda feminista» – decían a voces de megáfono.
Más allá de las distinciones entre ambas marchas, está claro que el feminismo está cada vez tomando más auge a nivel mundial, y que la masiva convocatoria de este año no tiene nada que envidiarle a marchas pasadas, incluso cuando aún pulula el miedo a salir por la pandemia. Una vez más los edificios y monumentos más importantes de la ciudad se pintaron de púrpura y las calles principales del centro se cercaron para dar paso a las marchas feministas y enaltecer la voz de la feminidad.
Texto y fotografías por:
María Andrea Parra Vélez, para Madrid en Acción.