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El orgullo que no se vende

Varios miles de personas participaron de la manifestación convocada por Orgullo Crítico en la tarde del miércoles 28 de junio. La convocatoria buscó recordar la revuelta de Stonewall en 1969, uno de los hitos históricos en la lucha del colectivo LGTBIQ+ y que sirvió como puntapié inicial para la masificación de sus reivindicaciones. La manifestación fue convocada en Cuatro Caminos bajo la consigna de la no mercantilización de esta fecha tan señera de la lucha por conquistar derechos.

Orgullo Crítico convoca a organizaciones y personas que entienden que el día del orgullo es un día de lucha más que de celebración. Los avances de las derechas y los neofascismos demuestran la necesidad de profundizar los caminos de organización y alejarse de la homonormalización que proponen los mercados. El pinkwashing que ejercen las grandes marcas con el fin de vender ha logrado normativizar lo que era disidencia y despolitizar un camino de conquistas que está cimentado con los cuerpos y la sangre de miles de mártires víctimas del homo-lesbo-trans odio y las represiones de las fuerzas de seguridad.

De hecho, este 1 de julio participarán de la caravana, además de grandes marcas, representantes del PP, un partido que se opuso a las leyes LGTBIQ+ como la Ley Trans, el matrimonio igualitario (al que recurrió en el tribunal constitucional) y tilda, en palabras de Díaz Ayuso, de ideología de género los contenidos de la educación sexual. Sí, el partido que pretende modificar para que no se aplique la Ley Trans, que se niega a colgar las banderas LGTBIQ+ en los edificios públicos y que está pactando gobiernos Vox, estará presente en la masiva manifestación del orgullo.

La masificación que alcanzó el día del orgullo es bienvenida ya que permite expresar y normalizar la existencia de la diversidad sexoafectiva, pero la despolitización que ha conllevado es preocupante porque ha logrado deshistorizar el doloroso proceso que nos trajo hasta aquí. La falta de crítica ante el racismo, el colonialismo, la gentrificación o la desigualdad demuestra que las celebraciones del 1 de julio poco tienen que ver con ese gran movimiento que dio sus primeros pasos el 28 de junio de 1969. Para eso Orgullo Crítico se presenta como un hecho de reivindicación de la lucha y nos recuerda que los derechos no se regalan sino que se conquistan y se deben cuidar con presencia callejera.

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