Este sábado las inquilinas de la Caixa se congregaban delante del Caixa Forum de Madrid en señal de protesta por las subidas abusivas en sus alquileres que el banco Caixabank les lleva tratando de imponer.
Desde el año 2020, decenas de inquilinos de Pinto y Vallecas llevan resistiendo en sus viviendas ante los intentos de desahucio por parte
de Caixabank. El banco les presiona para la firma de subidas abusivas en sus contratos una vez estos han ido acabando. Sin embargo, las inquilinas resisten en sus viviendas, pagando lo mismo que venían pagando con anterioridad y no aceptando tales subidas que, en algunas ocasiones, suponen un incremento del 50% de la renta. Además, junto al Sindicato de Inquilinas se el interpuso una demanda judicial a la Caixa por operar como un gran tenedor de vivienda que se aprovechaba de cláusulas abusivas en los contratos a sus inquilinos. Ahora, Caixabank amenaza con los primeros avisos de desahucio, negándose a sentarse a negociar y resolver la situación a la que lleva sometiendo durante más de dos años a sus inquilinos.
Desde 2005, la Obra Social de La Caixa ha ofrecido numerosas promociones de pisos por todo el Estado bajo su programa de vivienda asequible. La Caixa, siempre que ha podido, ha hecho gala de su labor para facilitar el acceso a la vivienda, lo que le ha generado muy buena prensa. Durante todo este tiempo, la sociedad que era propietaria de los pisos en realidad (una filial/asociada de Caixa) ha estado recibiendo subvenciones públicas de todo tipo, desde europeas hasta locales para esta finalidad y estos programas de viviendas. Sin embargo, con la desaparición de las cajas de ahorros y su conversión en bancos, sus obras sociales y la labor que ejercían también desaparecieron o fueron asumidas en parte por sus fundaciones. En el caso de Caixabank, su programa de vivienda asequible se eliminó sin aviso alguno y en 2019 todo ese parque de viviendas pasó a ser gestionada por su departamento inmobiliario, Inmocaixa. Desde ese momento, Inmocaixa se está comportando como un fondo buitre del sector: subidas abusivas de alquiler de hasta casi el 50% en nuevos contratos, no renovación a antiguos vecinos por no alcanzar sus nuevos baremos, mobbing inmobiliario, etc.