La solidaridad del barrio de Lavapies y de las plataformas PAH Centro-Arganzuela y Sindicato de Inquilinas Madrid, logró impedir que Teresa Sarmiento de 72 años, fuera desahuciada de la casa donde ha vivido por más de 20 años. En concreto, el piso de Teresa tiene todo el potencial para ser un costoso Airbnb razón suficiente para que se valide sacarla sin previo aviso.
Teresa, una chilena que llegó en el año 1988 a España y quien se dedicó a cuidar enfermos terminales, se encontró con una sorpresa. Ante un posible desahucio hace un tiempo envió al juzgado un recurso solicitando un juicio para la evaluación del desahucio y posibles acuerdos, sin embargo el juicio nunca sucedió y a Teresa no le avisaron sobre la situación.
“Por cosas de la vida, fue gracias a los jóvenes de la PAH que se les ocurrió decirme que llamara por teléfono a ver qué pasaba con mi proceso de desahucio y si no llamo yo todavía no me entero que hoy a la 1:00pm me echaban, no hubo ningún aviso previo….al no ser avisada me ha pillado en bragas.
“Pero a donde me voy no tengo idea.”
Teresa nos cuenta que quisiera volver a Chile, pero que no le permiten regresar con su pensión, una pensión no contributiva de 400€ válida únicamente en España. Gracias al bajo costo de su arriendo, Teresa ha podido vivir tranquila y permanecer en Madrid, sin embargo las novedades son que bajo una buena remodelación su piso podría valorizarse. El juego de la economía está por encima de su derecho a una vivienda digna.
“Estos tres edificios, lo que más rabia me da, es que se los regaló Franco a la familia Aguado”.
A pesar de las tristezas Teresa se encontró con el apoyo de todo el barrio de Lavapies y las plataformas sociales activistas contra los desahucios. Al bajar a la calle Teresa recibió los aplausos de una gran cantidad de manifestantes quienes gritaban “Teresa no estás sola, estamos contigo”, “Vergüenza me daría desahuciar a una familia”, “No toleramos ni un deshaucio más” entre otras arengas.
En medio de la conmoción llegaron los dueños de la propiedad, Bafi Consulting, la trabajadora social, el abogado y por supuesto la policía. Tras las aclamaciones de los manifestantes y una charla “privada” en medio de la gente y la prensa, Teresa recibió un mes de plazo para desocupar la casa. El 1 de julio es el aviso oficial de su desahucio.
Las posibilidades para Teresa son: conseguir un nuevo piso por un valor de alquiler muy bajo, ir a una residencia de mayores cosa que ella no desea o volver a Chile junto a su familia a pesar de no contar con una pensión. “A lo mejor es bueno volver a morir a tu tierra”, dice con nostalgia y afirma que hay buenas ayudas ahora en Chile para la tercera edad, incluso por parte del consulado.
Al menos y contra de todo pronóstico, Teresa hoy celebra dormir en casa y este desahucio está bajo los ojos de la prensa, el barrio y las plataformas activistas.
#TeresaSeQueda
Texto y fotografías por María Andrea Parra Vélez.
